Un agente de la oficina de atención al público de la Ertzaintza en Barakaldo ha sido sancionado tras revelar detalles del expediente policial de un ciudadano a un tercero que había acudido a cursar una denuncia «por acoso». Los hechos se remontan al pasado 3 de febrero, cuando Jesús -nombre ficticio- circulaba con su coche tras realizar unas compras en el centro comercial Ballonti de Portugalete. Fue entonces cuando tuvo la sensación de que alguien le seguía. «Era el ex marido de mi pareja», asegura. Él comenzó a sentirse «acosado» y decidió poner rumbo a la sede de la Policía autonómica.
Una vez en las dependencias policiales, comprobó que su supuesto acosador accedía tras él a las instalaciones. Cuando los dos se encontraban frente al agente de la Ertzaintza que trataba de esclarecer lo acaecido, el hombre que supuestamente le seguía le acusó de acosarle. El policía tomó declaración a los dos ciudadanos «y se creyó la versión de la persona que me seguía», sostiene Jesús.
Según su relato, el ex marido de su pareja acudió esa misma tarde a la oficina de atención para denunciarle. En el momento de tramitar la queja y revisar la ficha policial de Jesús, el ertzaina desveló al denunciante que aquél acumulaba «varias denuncias por estafa». «No había ningún motivo para hablar de mi ficha», reclama.
Denuncias archivadas
Sobre las denuncias que adornan su expediente, Jesús explica que «estaban archivadas y zanjadas». «Me dedicaba a la venta de coches y hubo algunos malentendidos», relata. «Pero todo se solucionó hace ya tiempo», se apresura a aclarar. La infracción del agente desencadenó consecuencias inesperadas en la vida de este vizcaíno. Según su versión, el ex marido de su pareja se encargó de informar a su entorno más cercano de un pasado que él creía más que enterrado.
A los pocos días, su novia decidió romper la relación que mantenían. «Cuando se siembra la desconfianza en una pareja es muy difícil volver a recuperarla», lamenta. La información de su ficha también llegó a los directivos de la empresa en la que trabajaba, que no tardaron en despedirle. De golpe, se vio sin pareja y sin empleo. Sin embargo, la situación parece haber cambiado y ahora mira el futuro con optimismo. «Ya he conseguido otro trabajo. Ahora sólo quiero olvidar este asunto», asegura tajante.
Cuando se enteró de que el agente había desvelado su pasado, Jesús se dirigió de nuevo a la oficina de la Ertzaintza en Barakaldo para aclarar lo sucedido. Según su versión, durante el encuentro, el policía «reconoció los hechos» y «me pidió disculpas». No satisfecho con las explicaciones del agente, el 9 de febrero -tres días después de su primera visita a la comisaría-, Jesús decidió formular una queja a través de Ekinbide, el servicio de atención al ciudadano de la Ertzaintza.
Fuentes del Departamento vasco de Interior confirman que tras recibir la reclamación, «se abrió una investigación interna que confirmó que dicho agente había protagonizado una actuación irregular al facilitar a un ciudadano información genérica e inconcreta, no justificada, sobre datos policiales referidos a una tercera persona».
A raíz de la investigación, la Jefatura de la División de Inspección General del cuerpo policial autonómico impuso una sanción «por falta leve» al ertzaina. «Sé que le penalizaron con cuatro días sin trabajo», asegura el protagonista de la historia, quien no parece conformarse con eso. Ahora se plantea llevar su caso ante la Justicia por lo que considera una «violación» de la Ley de Protección de Datos. «No quiero ninguna indemnización, sólo quiero asegurarme de que nadie volverá a pagar las consecuencias de una infracción como ésta», aclara tajante.
Fuente: El Correo
Fecha: 06/04/2010
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